viernes, 8 de febrero de 2013

Cuento: La sorpresa de la Luna.

Erase una vez un niño llamado Mateo, o “Mateito” como cariñosamente le llamaban sus papas. Mateito, tenia 6 años, y era un gran soñador.

Cada mañana bajaba corriendo a la cocina a contarle a sus padres lo que había soñado. Día tras día, soñaba con ser un gran astronauta y viajar por el espacio como su abuelo, recorriendo la galaxia al detalle.

Desde pequeño, a Mateito le apasionaba todo lo relacionado con las estrellas, los planetas, los astronautas y sobre todo el Sol y la Luna.

Cada mañana, Mateito contaba sus aventuras viajando por las constelaciones. La Osa Mayor era su gran amiga. Cada noche pasaba a visitarla y a contarle que había hecho durante el día en el colegio.

Al planeta de los anillos, Saturno, iba a jugar ya que en el podía correr y saltar libremente.

También le encantaba visitar a su amiga la señora Luna y su amigo el señor Sol, con ellos cantaba divertidas canciones que había aprendido en el colegio.
  
Pero una mañana, Mateito se levanto triste.
Su mama le pegunto ¿Qué te pasa Mateito?, y el respondió ¿El Sol y la Luna están tristes porque no se pueden ver? ¿Qué puedo hacer?
Su papa se quedo pensando y al rato le dijo… ¡tengo una idea! El Sol y la Luna si que pueden verse. Ven, te contare algo.

Mateito escucho con atención lo que su papa le contaba y cuando llego la noche no dudo en acostarse rápidamente para ir a contarles al señor Sol y a la señora Luna su maravilloso plan.

Primero fue a visitar a su amigo el señor Sol, le dijo que habría una noche especial en la que la señora Luna vendría a visitarle. El señor Sol se puso muy contento, pero Mateito no sabia cuando sucedería esto, lo que le dejaba un poco intranquilo ya que el señor Sol tenia muchas ganas de verla.

Mas tarde fue a visitar a la señora Luna. Esta al escuchar el plan se alegro mucho de poder ir a ver al señor Sol. Se puso tan contenta que se hizo redondita y grande, brillando mas que ninguna noche.

A la mañana siguiente, Mateito bajo a desayunar a toda prisa, para poder contarles a sus padres lo que esa noche había sucedido.
Cuando llego a la cocina, sus padres estaban mirando por la ventana y el pregunto extrañado, ¿qué miráis con tanto interés?.
La mama de Mateito lo cogió entre sus brazos y le dijo, ¡Mira bien al cielo!.
Este miro con asombro lo que estaba pasando, no podía creerlo, el señor Sol y la señora Luna se habían encontrado, por fin estaban juntos. La historia que su papa le había contado se había hecho realidad. Un bonito eclipse de Sol, cubría parte del planeta el 4 de Enero de 2011.

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